Para los mismos neumáticos un ciclista de mayor peso necesita mayor presión. Por lo mismo es recomendable inflar el neumático trasero con un 10% de mayor presión que el delantero. Las superficies ásperas aconsejan menor presión para así aumentar la comodidad y la tracción, pero aumenta la probabilidad de pinchazo si se baja demasiado.